Alojamientos vacacionales en Romangordo

Genial, apartamento fantástico. Un sitio muy agradable y estupendo. Con muchas ganas de volver a pasar unos días allí. Todo fue muy fácil.

Jose María estuvo muy pendiente para ayudarnos con cualquier cosa y la casa estaba bastante bien, completa y acogedora. Experiencia de 10

Piso perfecto para pasar un fin de semana por Plasencia, repetiríamos sin duda.

Alojamiento muy acojedor en zona muy tranquila. Todo estaba perfecto! nos encantó a mi familia y a mi!

el emplazamuento, los anfitriones, la casa y muchas mas valoraciones que no caben en este rectangulo, todo maravilloso. ah, admiten mascotas.

Estuvimos muy a gusto y el perrete también se sintió como en casa. Oscar nos facilitó un montón de recomendaciones tanto de rutas como de sitios que visitar y restaurantes. La casita muy mona y con mucho encanto.

Un alojamiento muy acogedor muy muy calentito con unas vistas expectaculares, limpio y ordenado la ubicacion era genial, tenias a 5 min andando restaurantes pero esta en lo alto del pueblo y es muy tranquilo el agua caliente funcionaba super bien tenias muchos utensilios para cocinar, la cama y almohada muy comodas y las persianas cerraban por completo, que almenos para mi es un detalle importante

El sitio es espectacular. Perfecto para descansar. Las fotos que se muestran no hacen justicia a lo que realmente es. Volveremos seguro.

En japonés hay una palabra que define a este alojamiento: Anaba. Significa “joya escondida que sólo conocen los locales”. Y en mi vocabulario, un “anaba” sería algo que sólo compartiría con un número mínimo de personas, para poder guardarlo para mí como Gollum. La casita es un lugar tan único, que es difícil hacerle justicia con descripciones o fotos. Y la magia que tiene no se puede entender sin vivirla. No solo es la decoración, las vistas, el silencio, o el entorno. Es el amor y la personalidad de Emma y César lo que lo convierten en un verdadero Anaba. Un lugar donde te sientes libre, acogido y en casa. Y que quieres que se quede para ti para poder ir siempre. Los ratos matutinos y vespertinos de cerámica poniendo el mundo en orden con César, el privilegio mayor en mucho tiempo. No voy a caer en descripciones que conviertan este lugar en un alojamiento más. Es un Anaba, que solo puedes entender cuando lo vives. Y si lo vives y no lo entiendes, un abrazo para ti.