¿Quieres hacer un safari durante tus vacaciones en Sudáfrica? ¡Nosotros te ayudamos a organizarlo!

Hacer un safari en Sudáfrica es el sueño de muchas personas. Si es tu caso, estás de suerte, porque tenemos el lugar perfecto para ti. A principios de los 2000, el matrimonio formado por Ed y Anka Zeeman fundaron la Madikwe Game Reserve, una reserva de 75 000 hectáreas en pleno parque nacional, junto a la frontera de Botsuana y a tres horas en coche de Johannesburgo y Pretoria. Este no es el típico safari donde todo está montado para masas de turistas y en los que, al final, no ves nada. Es una experiencia en la naturaleza única y hecha a medida. ¿Que dónde hay que firmar?

Los safaris de Madikwe están pensados para adaptarse a lo que te apetece hacer. Cuando te alojas en una cabaña en la reserva, automáticamente se te asigna un guía explorador y un rastreador Shangaan, que estarán a tu disposición para organizar unas expediciones que te robarán el corazón. Aquí no hay excursiones ni actividades diarias obligatorias. Todas las villas se rigen por el principio de libertad de Mourkuru, que viene a decir que puedes hacer lo que te apetezca cuando te apetezca. Si tienes ganas de navegar por el río Marico, disfrutar de una cena romántica en plena la naturaleza, hacer un safari en coche o a pie, salir a avistar aves o, incluso, practicar esquí acuático, ¡solo tienes que pedirlo! Y, si todo esto no fuera suficiente, también están las noches en «the Hide», un refugio protegido junto al agua, donde podrás pernoctar aún más cerca de los «los cinco grandes de África» (elefantes, búfalos, leones, leopardos y rinocerontes).

Ya que la Madikwe Game Reserve está cerca de la frontera con Botsuana, sería una pena no visitar la zona y contemplar sus maravillosos paisajes naturales. Si tienes ganas de descubrir algunos de los tesoros del país vecino, habla con tu asesor de Luxury Retreats para organizar el desplazamiento hasta el lugar. El delta del río Okavango es uno de los sitios preferidos por los visitantes por la cantidad de aves que se suelen ver allí. Tampoco te puedes perder las pinturas rupestres de las colinas de Tsodilo, que abarcan una extensión de más de diez kilómetros cuadrados. Estos dibujos se realizaron desde la Edad de Piedra hasta el siglo XIX y forman parte del Patrimonio Mundial de la Unesco.

Johannesburgo es una de las ciudades más grandes de Sudáfrica y se encuentra a 400 km al sur de Madikwe Game Reserve. No es un viaje corto, pero hacer una escapada a esta ciudad llena de verdor merece la pena. Si la visitas, date un paseo por el jardín botánico nacional Walter Sisulu para descubrir de cerca la flora y la fauna local. Tampoco te marches sin hacerte una foto con la estatua gigante de Nelson Mandela en la plaza que lleva su nombre. Allí además encontrarás muchos restaurantes y bares entre los que elegir si se te abre el apetito. Para conocer mejor la turbulenta historia de Sudáfrica, visita el Apartheid Museum. El museo es en sí mismo una organización sin ánimo de lucro dedicada a dar a conocer a las personas el surgimiento y la caída del sistema del apartheid.

En Ciudad del Cabo las posibilidades son infinitas. Ahora que se ha inaugurado el museo de arte contemporáneo africano, el Zeitz Museum of Contemporary African Art, tienes además la excusa perfecta para acercarte a la ciudad. La lista de imprescindibles incluye también subir al teleférico para ver la montaña de la Mesa desde las alturas, visitar el Robben Island Museum, la antigua prisión de la isla en la que Nelson Mandela estuvo encarcelado durante gran parte de los 27 años que pasó en la cárcel, que actualmente es un museo, y participar en uno de los tours a cargo de la organización sin ánimo de lucro Uthando para conocer los proyectos de desarrollo social que se llevan a cabo en algunas comunidades.

Dónde alojarse: cabañas de lujo en Madikwe

Madikwe Game Reserve es el lugar perfecto para hacer el safari que siempre habías deseado en un entorno de paisajes espectaculares, donde disfrutarás de servicios de cinco estrellas y todo lo que puedas necesitar.

La mayoría de los visitantes que vienen a Madikwe reservan una estancia en las villas Morokuru, unas cabañas privadas que incluyen la opción de hacer safaris. Se encuentran en un exclusivo complejo cerrado y cada una recibe el nombre de uno de los majestuosos árboles que crecen en los alrededores. Todas las cabañas ofrecen una estancia con prestaciones de lujo y están decoradas con materiales naturales locales y un deslumbrante diseño. Imagínate alojarte en un espacio confortable amueblado con elegancia con suelos radiantes de madera, chimeneas de piedra de Madikwe talladas por artesanos locales, techos abovedados de paja y enormes puertas correderas. Y eso sin hablar de los mayordomos, los chefs, el servicio de guardería, la piscina infinita, las duchas exteriores y las vistas panorámicas a la naturaleza que las rodea.

Hospedarte con tu familia y amigos en la cabaña de safari Molori es una experiencia que no olvidarás. Es un auténtico remanso de paz con cinco suites que pueden alojar hasta 14  personas y se encuentra en pleno corazón de Madikwe Game Reserve. Sus amplios espacios diáfanos cuentan con suelo de madera y grandes ventanales que dan a una agradable terraza, una piscina infinita con bañera de hidromasaje y una chimenea al aire libre.

Los dormitorios con camas tamaño king disponen de balcón privado y baño en suite con chimenea y bañera independiente. Todos dan al valle y a los abrevaderos donde acuden los animales. El chef gourmet se encarga de preparar todas las comidas, que puedes disfrutar donde quieras: en el comedor, en la terraza al aire libre o en tu habitación. Tu guía explorador y el rastreador estarán disponibles para llevarte dos veces al día de safari en vehículo o a pie en una ruta por la sabana. Tú solo tienes que preocuparte de llevar la cámara. Después de un agotador día de safari, podrás relajarte en las instalaciones comunes, como el spa de bienestar, el gimnasio, la sauna, la sala de vapor y la piscina de agua fría. Además, se pueden reservar tratamientos de spa por una tarifa adicional. ¡Qué más se puede pedir!